Ayer fuimos a despedirte, Ramón. Seguro que nos viste. A nosotros y a los que no pudimos ir. Seguro. Allí estuvimos todos.
Como a tí te gustaba, con todo en su sitio, con la luz en su sitio, con la modelo en su sitio, con todo bien dispuesto, en su sitio...
Gracias Ramón por tantos ratos de risas, de charlas, de amistad.
Gracias Ramón. Nos veremos allí, donde las calles no tienen nombre.